A 105 aniversario de su paso a la inmortalidad, homenaje a Rubén Darío

Rubén Darío ha sido homenajeado en la capital universitaria, León, Nicaragua, lugar desde donde partió a otro plano de vida el 6 de febrero de 1916.

Hoy, a 105 años de su viaje celestial el panida está más vivo que nunca en sus versos y prosas.

A nivel mundial se le recuerda y estudia su obra. Nicaragua, tierra que lo vio nacer y morir cada año rinde le honores.

En el municipio de León, desde tempranas horas en la mañana la población salió a depositar ofrendas florales en la tumba dónde descansan los restos del príncipe de las letras castellanas.

Un León deprimido por la muerte del gran Rubén custodia su tumba en la catedral de León.

Hasta ahí se acercaron autoridades municipales para rendir honor al padre del modernismo, quien escribió obras cumbres como Azul, Prosas Profanas y Cantos de Vida y Esperanza.

Antes, hicieron una caminata que salió de la UNAN-León y visitaron la casa donde creció Rubén Darío. Ahí se declamaron poemas de su autoría.

«Rubén tuvo una visión de hacer una Nicaragua mejor, una Nicaragua para los nicaragüenses, una Nicaragua en paz. Rubén un antiimperialista, un nacionalista, un hombre que amó Nicaragua y la difundió a nivel internacional», expresó el diputado José Sarria.

«Darío es universal, pero nosotros los leoneses tenemos la responsabilidad de seguir cultivando el legado que ha dejado Darío», manifestó la diputada Benita Arbizú.

La declamación de poemas no podía faltar en este homenaje al príncipe de las letras castellanas. Niños y niñas han tomado el relevo y han demostrado que las generaciones mantienen vivo el legado imperecedero de Darío.

«En nuestros planes de trabajo la vida y obra de nuestro insigne poeta Rubén Darío se mantiene viva. Hace 105 años, durante el tránsito a la inmortalidad de nuestro insigne poeta, León lloró y lo lloró también la universidad, pero hoy más que llorarlo es asumir su legados que está escrito en sus prosas, pensamientos y cuentos», señaló la rectora de la Unan-León, Flor de María Valle.