México desplegó casi 8.400 efectivos, entre militares y guardias, para brindar apoyo a las comunidades afectadas por el huracán Otis en el municipio de Acapulco de Juárez, en el estado de Guerrero (suroeste), informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
«Se han desplegado 8,391 elementos para atender esta afectación, 7,671 de ellos son pertenecientes al Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos y 720 a la Guardia Nacional», dice una nota de prensa publicada el miércoles por la noche.
Estos efectivos incluyen un grupo de búsqueda y rescate de estructuras colapsadas, un grupo de rescate de alta montaña y una compañía multipropósito. Cuentan con unidades de maquinaria pesada, una cocina comunitaria con una planta purificadora de agua, una planta de energía eléctrica, una torre de iluminación y siete grupos electrógenos, a los que se suman 3.000 despensas y 3.000 litros de agua embotellada trasladados a la zona por vía terrestre.
Además, la Fuerza Aérea Mexicana mantiene disponibles seis aviones y seis helicópteros para establecer puentes aéreos cuando las condiciones lo permitan.
El comunicado señala que los daños incluyen «caída de árboles, interrupciones eléctricas, caída de postes de luz y espectaculares, vehículos varados, interrupción de servicios telefónicos e internet, caída de bardas, inundaciones y viviendas e instalaciones afectadas».
Además, las autoridades del estado de Guerrero anunciaron las suspensión de todas las clases.
«Con el objetivo de salvaguardar la integridad de los estudiantes, docentes, así como del personal administrativo, y debido al impacto del huracán Otis, hemos decidido suspender las clases para el día de mañana, jueves 26 de octubre, en todas las regiones de la entidad», publicó la gobernadora Evelyn Salgado Pineda en su cuenta de Twitter.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, partió hacia Acapulco por carretera el miércoles por la tarde, pero su comitiva quedó varada por los deslaves en la autopista de Sol.
La mañana del 24 de octubre, Otis se presentaba como una tormenta tropical y sus vientos aún no alcanzaban la menor categoría de huracán, que son vientos sostenidos de al menos 120 km/h. Luego aceleró en forma súbita y sus vientos alcanzaron la categoría 5 en menos de 12 horas. El huracán azotó el puerto turístico de Acapulco, habitado por un millón de personas, dejando a su paso edificios destruidos, muros derrumbados, ventanas de cristal en añicos, árboles y palmeras derribadas, y postes del servicio de energía y telefonía que obstruyen la ruta de 12 kilómetros que bordea la famosa bahía.
Tomado de Sputnik