Los cuerpos de cuatro jóvenes desaparecidos el pasado fin de semana, aparecieron sin vida en un corregimiento del departamento de Nariño, en el suroeste de Colombia, presuntamente asesinados en una nueva masacre.

Las víctimas fueron identificadas como Yulieth Melliz, Fabio Alejandro Navia, Julián David Ortiz Hoyos y Daniel Felipe Paz, cuatro jóvenes de entre 22 y 30 años del municipio de Patía, en el sur del vecino departamento de Cauca, que habían ido al municipio de Policarpa, en Nariño, para buscar trabajo en el campo.

Los familiares reportaron su desaparición el 29 de enero, cuando se marcharon a Nariño y dejaron de dar señales de vida.

La Alcaldía de Patía confirmó la muerte de los jóvenes en un comunicado en el que rechazan «los actos de violencia» y aseguran que comenzarán la «investigación oportuna para esclarecer los hechos».

Mientras tanto las autoridades encontraron el automóvil en el que iban las víctimas en un precipicio en la zona rural del Ejido, próximo a Policarpa, pero la hipótesis de accidente ha sido rechazada por habitantes de la zona.

La exalcaldesa de Policarpa, Claudia Cabrera, expresó que la situación en este lugar, próxima a la frontera con Ecuador y donde abundan las plantaciones de coca, ha empeorado en el último año, con mayor presencia de grupos paramilitares y vinculados al narcotráfico que se disputan el control de las zonas y ha disminuido la presencia de la fuerza pública.

En el mes de enero se han cometido en Colombia, según las cifras del Instituto de Desarrollo de la Paz (Indepaz), siete masacres con 24 víctimas, que se suman a las 91 que se perpetraron en 2020, con 381 personas asesinadas.