Trabajos no tradicionales en manos de mujeres nicaragüenses

Cada día la inclusión de las mujeres en trabajos no tradicionales es más visible en Nicaragua.

En ocasión del Día Internacional de la Mujer, en el programa Noticias y Comentarios de Radio 580 de este jueves, compartieron sus experiencias dos mujeres que conducen buses del transporte colectivo en Managua.

Libeth Rivera es una joven de 23 años quien además de estudiar su primer año de la carrera de ingeniería en zootecnia, los fines de semana labora conduciendo una unidad de la ruta 107 de la Cooperativa Colón de Managua.

Mi papá tiene unos buses, entonces uno va creciendo y eso es lo diario en la casa de uno. Mi papá llegaba de trabajar y esa era la plática, sólo de buses. Mi papá y mis dos tíos sólo hablaban de buses, entonces uno va creciendo y escuchando eso. De hecho antes de aprender a manejar me gustaba andar con él (en el bus), yo estudiaba la secundaria y andaba dando vueltas con él, cuando llegaba a la terminal hacía las tareas, sino no me importaba llegar a las ocho hacer las tareas (del colegio)”, relató Rivera.

La jornada de la joven empieza a las 5:30 de la mañana, sale del barrio Camilo Ortega hasta la zona conocida como El Panal, en el mercado Oriental, cada “vuelta” dura una hora con 50 minutos; y finaliza su trabajo hasta las 7:30 de la noche.

“El miedo es inevitable al principio no sentirlo. Mi papá me decía: tenés que estar consciente a lo que te estas metiendo, aquí vos estás expuesta a las críticas. Porque hay muchos hombres que no hablan mal de la mujer, en el sentido de que vos no podés porque sos mujer, sino de que como estás en medio de hombres, sos querida de todos. Entonces mi papá me decía que este gremio no es nada fácil. Pero como ya los conocía, aquí ninguno me va a meter labia”, precisó.

Rivera aconsejó a las mujeres a ser independientes y ganarse el respeto, para no estar aguantando golpes, sólo porque dependen económicamente de su pareja.

“Cada día la violencia doméstica del hombre a la mujer, crece. Mujeres que se someten pero no trabajan. Yo como consejo les doy a las mujeres, hay que salir a las calles a trabajar, a ganarse el pan de cada día para no depender monetariamente de un pendejo”, enfatizó.

Otra mujer con las “botas bien puestas”, es Xóchitl García de 27 años, madre de dos hijos. Ella también trabaja manejando un bus de la ruta 107 de la misma cooperativa, labor que según comentó dejará pronto porque espera su tercer hijo.

“En donde laboro actualmente, todos son buenos compañeros, hasta hoy no tengo ninguna discriminación, por ninguno de ellos. Pero en otras cooperativas donde he trabajo, sí me ha salido bastante discriminación”, dijo.

¡Ideay cochona! ¡Ándate para tu casa!, ¡Tu lugar es la casa, no es aquí!, fueron parte de las expresiones que recibió.

“Muchas veces respondí, pero otras veces me hacían llorar y no quería seguir. Mis hijos era lo único que me motivaba seguir”, relató.

García llamó a las mujeres a no dejarse poner límites, ni ser sombra de nadie.

“Que no se dejen poner límites, hay que aprender a ser uno mismo en la vida, hay que sobrepasar barreras y retos, hay que brillar y nunca dejar de brillar. No hay que ser sombras y no dejarse manipular”, puntualizó.